Hoy hace un año que naciste

Hoy hace un año que naciste.

A la hora en que este escrito sale a la luz, hace un año tú también veías la luz. No fue de la manera que yo había imaginado, pero eso hoy poco importa.

La primera vez que te vi, me enamoré de ti. Tu Papá me habrá de perdonar, pero lo que sentí al verte no lo he sentido por nadie en este mundo. No se puede describir con palabras.

Pero antes de verte, te oí. Entre la algarabía del quirófano pude escuchar tu llanto. Hasta ese momento había contenido la respiración, temiendo escuchar cualquier sonido o palabra que me hiciese pensar que algo pasaba, que no estabas bien.

Luego te pusieron a mi lado. Callaste inmediatamente. Alguien dijo: Mira, sabe que es su mamá. Yo no podía dejar de sonreir. Y de llorar. De alegría.

Tu carita, tu naricita, tus manitas, todo me parecía lo más hermoso que había visto en mi vida.


Y luego te separaron de mi. Me contaron más tarde que habías estado muy despierto. Y un nudo se estrechó la garganta pensado que me habías buscado y yo no había estado a tu lado. Pero me consuela pensar que tu Papá estuvo contigo en todo momento.

Cuando te volví a ver dormías. Tan plácidamente que reprimí mis ganas de cogerte entre mis brazos por temor a despertarte. Pero debiste sentir que ya estaba a tu lado porque al poco despertaste y volvimos a estar juntos.

Hoy hace un año que naciste. 

Te has convertido en un bebé grande. Tanto que hay días en que busco a mi bebé de entonces y me parece mentira que sólo haya pasado un año.

Eres alegre, siempre estás con la sonrisa en la boca. Tu risa es contagiosa. Pero para poder disfrutarla hay que ganársela.

Empiezas a mostrar tu carácter. ¡Vaya genio que gastas cuando algo no te sale como te gustaría!

Eres curioso. Todo lo exploras, todo lo tocas, todo te atrae. Sobre todo si hay botones que pulsar o encender. Y cuando lo haces nos miras a Papá y a mí con una cara de pícaro, que lo único que podemos hacer es reir.

Eres muy tranquilo. Tanto que la gente no se cree que puedas tener momentos malos. Puede que duden que sepas llorar. Puede que sea porque no te he dejado llorar.

Eres mi bebé, mi niño, mi bicho, mi ratón, mi mochuelín, mi xicotet, mi petitó, mi Príncipe Azul, mi carinyet.

Eres mi Peque.

Ets el meu Amor.

I sempre ho seràs.