lunes, 16 de septiembre de 2013

Tal día como hoy, hace un año...

Antes de continuar, quiero explicaros dos cosas.

La primera es que llevo meses, literalmente, pensando cómo narrar lo que sucedió ese día. Por un lado necesitaba contarlo todo, con pelos y señales, contar todo lo que se me pasó por la cabeza, todas mis sensaciones, todos mis miedos. Por otro lado, tengo una gran reserva a desvelar ciertos aspectos de mi intimidad. Este es el quinto borrador que escribo.

La segunda es menos profunda. Sé que cuando se está embarazada se escuchan muchas historias sobre partos y, al menos en mi caso, no me apetecía mucho escuchar los detalles más duros. Así que voy a hacer algo que hubiera agradecido en más de un ocasión

ATENCIÓN SPOILER


A la hora en que publico este post estaba a punto de que me pusiesen la epidural.

¿Qué había pasado hasta llegar a ese punto?

A la 1am aproximadamente rompí aguas. La teoría que nos enseñaron en las clases de educación maternal decía que en el caso de aguas sucias debíamos ir corriendo al hospital, porque podía existir sufrimiento fetal.  Si no, con tranquilidad, se van preparando las cosas, una ducha, comer y estar todo lo relajada que se pueda, hasta que las contracciones sean cada 3 minutos en un período de una hora, si eres primípara. Pero se les olvidó explicar un supuesto. ¿Qué pasa si, aún siendo las aguas claras, no tienes los resultados de la prueba del estreptococo? Pues según la documentación que me proporcionó la matrona junto con mi libro de embarazo, al hospital sin demora. 

Mientras esperábamos a que mi hermana LaMediana viniese, yo paseaba por el pasillo, revisando mi maleta y que lo llevaba todo. Y el futuro Papá... El futuro Papá cayó en una crisis aguda de Síndrome del Nido y se puso a limpiar y a tirar las bolsas del reciclaje.

Una vez en el hospital me hicieron mi primer tacto y confirmaron la rotura de la bolsa, por lo que me quedé ingresada. Me comentaron que le bebé estaba en posición mirando hacia delante, es decir, si yo estaba tumbada boca arriba, él también. Los resultados del estreptococo fueron negativos, por lo que no tuvieron que ponerme antibióticos. Y me dijeron que en 24 horas como mucho tendría a mi bebé. 
Mañana a estas horas tendré a mi bebé ya conmigo. 
Este pensamiento hizo que se me erizase la piel.

A las 6 de la mañana las contracciones ya eran cada 3 minutos y decidí que quería que me pusiesen la epidural. Ya os conté que no soporto el dolor. A ser fin de semana, sólo había un anestesista, por lo que hasta las 10 de la mañana no me la administraron. Progresivamente el dolor fue desapareciendo. Entre las 10 y la 13.30 pude recuperar fuerzas y dilaté hasta los 9 cm. Parecía que en un par de horas mi Pequeño estaría con nosotros.

A partir de la 13.30 el parto, que se iba desarrollando de una manera bastante parecida a lo que yo había visualizado, tomó otro rumbo. El fundamental fue que la dilatación se estancó. Pero lo que fue minando poco a poco mi resistencia no solo fue eso. Fue la desaparición de los efectos de la epidural y que la segunda dosis que me administraron no hizo efecto.

4 horas pasamos así, y no dilaté ni un centímetro más. Era el protocolo del hospital. Se debía esperar 4 horas para declarar que se había estancado la fase activa de parto y declararlo estacionado, y sólo entonces se decidiría si practicar una cesárea o no. 4 horas con contracciones de un minuto de duración con una frecuencia de un minuto entre una y otra. 4 horas en las que por la habitación pasaron 3 matronas, 2 ginecólogas, varios auxiliares, la anestesista...

Antes de cumplir esas 4 horas, yo ya había perdido el control de la situación y de mí misma. A mi nerviosismo se le unía el del Papá, impotente. Yo pedía que ayudasen al bebé a salir, aunque fuese con cesárea. Estaba aterrorizada de que le pudiese pasar algo. Aunque las matronas me intentaban tranquilizar diciéndome que el bebé no estaba sufriendo, no lo consiguieron. Yo veía como se disparaban sus pulsaciones cada vez que llegaba una contracción.

Durante esas horas se intentaron varias cosas para favorecer la dilatación, pero no funcionaron. Cuando ya habían pasado esas 4 horas, un ginecólogo me informó de que intentarían girar el bebé, para ponerlo en la posición normal, mirando hacia abajo. Cuando lo consiguieron les oí decir que se había cerrado más el cuello del útero. Y que iban a intentar... No les dejé terminar de hablar.
No más intentos. Hacedme la cesárea.
Aún así, aún suplicándola, no querían hacerla. Hasta que el Papá se puso firme y les dijo:
Haced lo que pide. 
A las 6.05 nació mi bebé mediante cesárea.

Cuando le vi, me enamoré.

6 comentarios:

  1. Mucha gente dice que lo importante es la salud del bebé, pero también hay que considerar el "sufrimiento" de la madre, ella tiene que estar durante todo el proceso activa y relajada, y con los nervios y las frases de los médicos, muchas veces es complicado.
    Bonito nacimiento, y ¡feliz primer año al bebé, y a ti como madre!

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  2. Me quedo con una cosa, a pesar de que dices que perdiste el control de la situacion cuando las cosas empezaron a irse por derroteros no esperados ni deseados, tu pareja y tu fuisteis capaces de DECIDIR. Nadie mejor que tu conoce tus propios limites y el amor y preocupacion por ese bebe al que aun no conoces. Los profesionales sanitarios tienen que estar ahi para valorar los riesgos de cada opcion, velar porque todo salga bien y adaptar los medios disponibles en funcion del caso. Tu Peke puede estar orgulloso de tener unos padres muy asertivos. Rosa

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  3. Un parto de manual hasta que perdiste el control. Pero es muy normal que pasen esas cosas cuando estas en el hospital, con dolores, y lo más peligroso, con miedo. El miedo hace que se vuelva a cerrar el cuello del útero, y llega un momento que el parto tiene que terminar! Aunque tarde respetaron vuestra decisión y todo terminó bien, que es lo que importa!!!

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  4. ¡Vaya situación! Mientas leía, al ver que ya estabas dilatada de 9 centímetros pensé ¡ya lo tiene todo hecho! Y resulta que en cuanto empezaste a visualizar el final fue cuando se complicó todo. ya sé que no me puedo fiar por muy rápido que avance el asunto cuando me llegue el momento del parto.

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  5. Gracias por vuestras palabras... Creo que me han ayudado a terminar de darme cuenta de que no hay porqué obsesionarse con el pasado y lo que pudo haber sido.

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  6. Wow... creo que... no, estoy segura que hubiese hecho lo mismo que tu... Todo saliendo excelente y en nada, un giro inesperado. Creo que fue lo mejor que pudiste hacer. Y que mas iban a esperar? el bebe tuveron que darlo vuelta, tu cuello se cerró... fue muy fuerte y valiente tu decisión.
    realmente te admiro.
    Y nada de que fue por descontrolarte... oye, hay que estar en tus zapatos...

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