H de hormonas

Yo no desisto en mi intento de que los señores de la Rae y yo coincidamos en algo...

Hormona.
(Del ingl. hormone, y este del gr. ὁρμῶν, part. pres. act. de ὁρμᾶν, excitar, mover).

1. f. Biol. Producto de secreción de ciertas glándulas que, transportado por el sistema circulatorio, excita, inhibe o regula la actividad de otros órganos o sistemas de órganos.

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Hormonas que fluyen por el organismo aparentemente sin ningún tipo de control. Hormonas que lo mismo hacen que estés supereufórica que que te sumas en la más profunda de las tristeza en un milisegundo. Hormonas que te hacen  sentirte la más guapa y poderosa  y al momento la más horrenda e insignificante de las mujeres en la faz de la tierra. Ahora que alguien me explique cuál la actividad del cuerpo humano que requiera de esos cambios de humor para estar bien regulada.

No fui consciente del poder real de las hormonas hasta que me dejé los anticonceptivos. No os creáis que fui un lince, tuvieron que pasar varios meses en los que el principal damnificado fue el Papá. Un día, de repente, ví la luz. El famoso síndrome pre-menstrual. Y he decir que, por mucho que me fastidie alimentar este tipo de estereotipos, en esos días me convierto en un ogro. Afortunadamente, el Papá no me suele hacer mucho caso en esos días, y ni que decir tiene que esa actitud hace que me enfade aún más. Pero paciencia conmigo tiene (si fuese uno de esos días diría pachorra).

Pero este efecto secundario de la femineidad que tanto aborrezco me sirvió de alerta, de manera que, cuando llegaron las fechas en las que debía estar hecha una furia, mi humor era excelente. Y como ya expliqué en Qué raro... tenía una razón: un enanito venía en camino.

Si no estando embarazada ya se atribuyen alegremente muchos de los estados de ánimo de una mujer a las hormonas, cuando lo estás parece que tu yo racional haya desaparecido, y cualquier reacción se deba exclusivamente a éstas. Es algo que me fastidia, pero en mi caso fue bastante acertado. 

Todo lo relacionado con bebés me generaba una ternura... Pero no me extenderé más sobre esto, que ya lo explique en Ñoñería. Sin embargo, todo lo referente a los preparativos para la llegada del bebé me ponía especialmente susceptible. Necesitaba tenerlo todo pensado cuanto antes, pero no sabía por donde empezar. Las grandes compras para el bebé, o sea el coche de paseo y la silla de retención infantil, aunque me estresaron con la infinita cantidad de posibilidades, era algo que tenía interiorizado, y hasta había hecho un máster. Pero, a pesar de tenerlo casi claro, tenía que estar decidido cuanto antes. Pero ¿qué pasa con el resto?

Gasas, biberones, chupetes, esponja, termómetro, gel, champú, baberos, toallas, sábanas, edredón, arrullo, gorritos, manoplas, minicuna, bañera, etc.

La lista que me dieron en una de las primeras tiendas de bebé que visité era impresionante.

¿Realmente necesito todas estas cosas? 

Y de repente tu cabeza no puede asimilar tanta información, no puedes más, y explotas, y lloras como una magdalena.

¡¡¡BUUUUAAAAAA!!!

Por no hablar de la preparación de la habitación del bebé, eso me estresaba y me ponía de los nervios. Esa habitación, que dejamos sin acabar al mudarnos... Que sólo tenía una mano de pintura... Que tenía una bombilla por lámpara... Cada vez que pasaba por delante de la puerta se me caía el alma a los pies.

¡¡¡BUUUUAAAAAA!!!

Olga, quién te ha visto y quien te ve... 

Y en esas estamos, intentando controlar las hormonas como buenamente se puede, no va ya a ser que el Peque piense que su madre no está bien de la cabeza.

Aunque claro, él también tiene cambios de humor repentinos, como ahora, que ha pasado de estar tranquilamente sentado en el sofá intentando ponerse de pie, a ponerse como un loco porque me ha visto el ordenador.

NOOOOO, ahí llegaaaaaa

aafjaaghqíko3hnqavbnaikosdjfañ´´´         askdañnhdk akje´,qrakiv´z.,rejb c.lwekjaz´newov nz,.w´WEDVGKLWOEGHFNKDKngsekfrsadaklodnagdva

Ale, ya está acabado el post.

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