miércoles, 18 de septiembre de 2013

C de cicatriz

Cicatriz

(Del lat. cicātrix, -īcis).

1. f. Señal que queda en los tejidos orgánicos después de curada una herida o llaga.

2. f. Impresión que queda en el ánimo por algún sentimiento pasado.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Si habéis leído los posts de este pasado lunes sabréis que ya hace un año nació mi Peque.

De ese día tengo una cicatriz física y una cicatriz en el ánimo, ambas  por la misma razón. Por la cesárea. Otra palabra con C.

La cicatriz física no me importa. Afortunadamente tuve una recuperación muy buena, sin ningún tipo de contratiempo, más allá de las molestías derivadas de este tipo de operación. Quienes habéis tenido una cesárea sabréis de lo que hablo. Según la matrona del grupo de lactancia al que acudí los primeros meses de vida del enano, hasta aproximadamente un año después el cuerpo no se recupera totalmente de la operación. Pero en mi caso yo diría que ha sido antes. Eso sí, tampoco he hecho ningún gran esfuerzo para comprobarlo. Mejor prevenir que curar.

La cicatriz anímica... esa ya es otra cosa. En el primer post del lunes os contaba las circunstancias que me hicieron pedir la cesárea. Fue mi decisión y esa decisión es la que me pesa. Durante los primeros meses de mi vida como mamá fue una losa. No paraba de pensar que había sido débil, que no había tenido la fuerza y la entereza para superar la situación. Leía artículos y entradas de blogs que contaban que un parto no tenía porqué ser una experiencia traumática, y a mi mente venían pensamientos negativos. Revivía ese día, especialmente durante la noche, imaginando situaciones que no tenía sentido imaginar, ya que todo había pasado y yo estaba bien y lo más importante, mi niño estaba bien. Pero no lo podía evitar.

Pensaba que durante el embarazo no me había preparado bien, que las clases de educación maternal no había sido suficientes, que debía haber leído más, hecho más ejercicio, asistido a otro tipo de clases de no sé que tipo... En definitiva, que todo, absolutamente todo lo que había pasado había sido por mi culpa. Que la única razón por la que mi bebé había nacido por cesárea era mi debilidad. Que debía haberme quedado en casa hasta tener las contracciones más seguidas, que no debía haber pedido la epidural, que debía... Incluso me llegué a echar la culpa de que el efecto de la epidural desapareciese y que la segunda dosis no hiciese efecto. Y todo porque en el lugar donde debían pinchar tenía (y tengo) un lunar que hizo que la anestesista debiese pinchar unos milimetros más arriba.

Con el tiempo, al igual que se ha ido cerrando la cicatriz física, también se ha ido cerrando la cicatriz emocional. Ahora puedo verlo todo con un poco más de perspectiva. Ha pasado el tiempo y he visto crecer a mi niño sano y feliz. Y ya tiene un añito.

Ahora sé que muchos de esos pensamientos negativos se debían al puerperio, ese cóctel de hormonas a las que nos vemos sometidas las mamás tras el parto. Nunca pensé que podían ser tan poderosas. Aunque no le echo las culpas a las hormonas totalmente. Hay cosas en mí que debo cambiar, como por ejemplo el autocontrol. Creo que en el futuro, si hay un hermanito/a, deberé meditar seriamente cómo afrontar el nuevo parto. Pero estoy segura de una cosa: estaré más preparada.
   
La cicatriz física quedará para siempre. Y la cicatriz emocional, no creo que cure nunca del todo, pero ya no me hará llorar más.







18 comentarios:

  1. No debes culparte por ello! Cuando somos primerizas, son muchas cosas las que nos atacan por muchos lados y nos pueden, y quizás no se tome el camino más adecuado, todas cometemos errores, pero en ese momento para tí era el mejor, por lo que lo mejor es asumirlo sin martirizarte por ello. supongo que es fácil decirlo, pero seguro que si tienes otro embarazo, desde tu nueva perspectiva más madura y con cierta experiencia, tomarás la decisión más adecuada. Un besito y ánimo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora ya no lo hago, pero hubo un tiempo en que sí. Como dicen, la experiencia es un grado, y sé que deberé, si viene un hermanito/a, trabajar un poquillo más en ese aspecto. Gracias

      Eliminar
  2. Creo que algunas le dais mucha importancia al parto vaginal. Yo he tenido dos hijos por cesárea. Dos cesáreas de urgencia. Mis hijos son dos supervivientes. Con el primero desde que decidieron hacerme la cesárea hasta que vi a mi hijo pasaron algo así como 7 minutos. Mi marido aún estaba aparcando el coche y no sabía que era padre. Con la peque me dieron algo más de tiempo y a mi marido le dio tiempo a darme un beso antes de meterme en quirófano. Tengo dos supervivientes preciosos que llegaron al mundo con ayuda de unso médicos. Y yo soy una madre plena. Yo también les ayudé a nacer. No empujando pero sí manteniendo la calma (y en mi caso rezando, pero porque yo soy creyente). En mi caso, mi cicatriz física me ayuda a recordar dos de los 4 momentos más felices de mi vida. Porque de ahí salieron mis dos hijos y sé que yo hice todo lo posible proque nacieran bien. En tu caso, no te arrepientas, no te culpes. Una cesárea no es mala, os otra opción. Ya sea por motivos médicos o de miedo, no hay q culparse por ello. Tu has hecho lo correcto. Cada día tomamos mil decisiones por nuestros hijos porque pensamos q es lo mejor para ellos. Y en muchas ocasiones es así. piensa en lo que tienes y no en lo que pudo haber sido si hubieses aguantado más. Porque si hubiera ocurrido eso nunca sabrás si pudo haber sido mejor o peor.
    Madre es la que está día a día cuidando y queriendo a sus hijos. Da igual si lo has parido, ha sido cesárea, adopción o acogimiento. Da igual si le das pecho o biberón. Si colechas o duerme en su cuna. Si va a inglés, a piano o se queda jugando en el parque. Cada uno decide (en el caso del nacimiento no siempre) como educa a su hijo y si es con amor y respecto está claro que es la mejor educación y vida que le puedes dar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo en todo lo que me comentas, menos en la primera frase. Me explico. Mi cicatriz emocional no viene por el hecho de que mi niño haya nacido por cesárea. No es por la cesárea en sí misma. Si como en tu caso, me hubiesen tenido que hacer una cesárea de urgencia, no creo que hubiese tenido ningún tipo de pensamiento negativo al respecto. Es más, daría gracias a dios (y yo no soy creyente) porque todo hubiese salido bien. Mis penas, por llamarlas de alguna manera, vienen de que yo creía que estaba preparada, pero en realidad no lo estaba, no me había provisto de los recursos necesarios para afrontar esas horas en las que aparecieron contratiempos. Al perder el control, ni ayudé al bebé, ni me ayudé a mí misma. Ahora ya sé que debería trabajar más en eso si se da el caso de que me quede embarazada otra vez en el futuro.
      Respecto al resto de lo que me comentas, ya te digo que estoy completamente de acuerdo. Nunca suelo entrar en debates sobre estilo de crianza porque como dices cada familia elige lo que cree más conveniente y yo ahí no tengo nada que decir, ya que lo que es bueno para nosotros puede que no lo sea para otros.

      Eliminar
    2. De verdad crees que no ayudaste a tu hijo a nacer? Seguro q en esos momentos no hacias otra cosa q pensar en el y esperar que todo fuera bien. No empujaste, pero estoy segura que le enviaste todo tu amor para ayudarle a nacer. Acaso cuando miramos a nuestros hijos dormir no les estamos tranmitiendo amor? No solo con besos y abrazos se lo transmitimos. A veces, desde la distancia, tambien se puede hacer. No te conozco pero por lo q escribes creo q eres una gran madre desd l dia q supiste q estabas embarazada.

      Eliminar
    3. Supongo que si hubiese estado más tranquila le hubiese ayudado más... Pero es una suposición, claro. Pero sí, tienes razón en lo que dices.
      Gracias por tus palabras :)
      Te dejo, que me reclama el enanito ;)

      Eliminar
  3. ¿Por qué nos torturamos? En ese momento somos de todo, menos nosotras mismas. Si llegaste a ese punto aunque no puedas verlo, seguro fue por algo. Cansancio, miedo, un volcán de hormonas... Lo que fuera... ¡Qué mas da!lo importante es que él está bien, y tú también.

    Hablo en general, no sólo de tu caso... ¿Por qué nos empeñamos en fustigarnos?

    Sea como sea tu niño está en este mundo por tí. Y remordimientos... Los justos!! ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No lo sé... Ya me gustaría saberlo, así le hubiese puesto fin antes. Pero bueno, ahora ya se pasó y está más o menos controlado.
      El Peque está sanote y feliz, que es lo importante. Y yo ya no pienso en ello (menos estas semanas, los aniversarios traen recuerdos, es lo que hay)
      Un beso!

      Eliminar
  4. mi primer parto fue una cesárea... me lo indujeron por una preeclampsia pero como no era el momento mi hijo no quería salir (o por lo menos eso pensaba yo). La cosa es que estuve con unos dolores insoportables por la oxitocina durante 13 horas sin epidural y mi chico no se animaba... al final era tal mi agotamiento y mi desesperación por el dolor que pedía una cesárea para acabar de una vez... unas horas después me llevaron para la cesárea y para nuestra sorpresa el pequeño venía con 2 vueltas de cordón y por eso no bajaba... La recuperación fue lenta y me sentía fatal por no haber podido dar a luz vaginalmente pero con tesón conseguí que mi segundo parto fuera totalmente diferente en su final porque los inicios y duración fueron iguales...
    Está bien pasar por ello y analizarlo pero sin llegar a la obsesión, porque no se aprende de ese modo... besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al poco de nacer el peque si creo que llegué a obsesionarme, y no sacaba nada en claro, más que pasarlo mal. Con el tiempo, he podido pensar con la cabeza más despejada y creo que sé qué es lo que me llevó a esa situación. Y creo que podré reaccionar mejor en el futuro.
      En tu caso, la situación médica era la que era, preeclampsia y vueltas de cordón, ahí poco podías hacer tú. Pero me alegro que en tu segundo parto fuese mejor. Esa es mi meta :)
      Muchas gracias por tus palabras!

      Eliminar
  5. Yo aún tengo que pasar por mi primer parto, y aunque voy muy decidida a que quiero que sea vaginal, y sin epidural... ¡ya veremos cuando me encuentre allí entre contracciones si la debilidad no se apodera de mí! Además, de momento mi bichilla sigue de pie en la barriga y no tiene una posición nada fácil, por lo que si todo sigue así me harán una cesárea a pesar de que yo me niegue. Así que ya estoy mentalizada a que si el parto no transcurre como yo había planeado, lo único que quiero que me importe es que las dos salgamos bien paradas de allí y que se haga lo que sea necesario para que esto se cumpla. ¡A ver si así se alejan los sentimientos de culpabilidad!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo te veo (por lo que leo) fuerte. Aunque no te conozco personalmente (quizás algún día :p ) No te obsesiones por la posición, que aún puede girar. Si no recuerdo mal Avencia, en su blog Mi bebé de pecho, tiene un post sobre cosas que se pueden hacer para ayudar al bebé a girar. Échale un vistazo.
      Como ya se ha dicho en algún comentario, no hay que obsesionarse en cómo deben suceder, si no centrarse en que tanto tú como el bebé estéis bien.
      Un beso muy grande!

      Eliminar
  6. Está muy bien que te plantees cómo enfrentarte al parto en un nuevo embarazo, pero no te obsesiones ni te eches más culpas. Las circunstancias que te rodean, las hormonas, los posibles nervios... todo eso es un cóctel muy fuerte que a ver quién es la machota que lo pasa como si nada. Tu hijo está bien ¡y haciéndote feliz! Y eso es lo que cuenta. Que ojalá que el próximo parto sea mejor, ¡pues claro! Pero no eches piedras sobre tu pasado, porque no sirve para nada. Eres una mujer excelente y una madre aún mejor, seguro. Si no, pregúntale al peque ;)

    ¡Un abrazo grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, el peque... enmadrado está, así que no es muy objetivo tampoco :P
      He tardado bastante en escribir sobre el parto, a pesar de que ha habido veces que el cuerpo me lo pedía, porque sabía que lo que escribiría tendría un deje de amargura. Al final no sé si suena así o no. Pero de verdad creo que ahora mismo, aunque no pueda decir que sea un capítulo cerrado, sí puedo decir que no me quita el sueño.
      Muchas gracias, guapa!

      Eliminar
  7. Olga, yo hoy tengo una herida abierta... ya sabes cuál (gracias por el pie de logo, bonita). Y creo que las cicatrices anímicas, mientras sean cicatrices, no pasa nada. Lo malo es cuando son HERIDAS sangrantes, y es entonces cuando debemos hacer el esfuerzo por sanar.
    De sobra sabes que soy muy combativa con todo aquello que huela a DOGMA DE FE. En la maternidad no hay manuales, ni ideales de perfección. Aquí lo que cuenta es el balance final, el ser, estar y saber estar siempre que te necesiten tus hijos, en la medida de tus posibilidades y circunstancias, pero siempre DE CORAZÓN.
    Todo lo demás, errores, debilidades, defectos.. está de más.
    Así que dejemos tu cicatriz como eso, siempre. Como la cicatriz de una herida curada para siempre.
    GRACIAS POR TODO. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las heridas acaban cerrándose, afortunadamente. Unas tardan más, otras menos. Las que tardan más son las que realmente nos dejan huella. Una cicatriz que nos recuerda cosas importantes. O que nos enseñan algo. Tu herida sanará, no sé decirte cuando (yo aún tengo una de ese tipo abierta, aunque le queda poquito para cerrarse) y entonces, cuando le recuerdes, podrás sonreir (yo la mayoría de las veces, ya lo hago). De la cicatriz de la que hablo en esta entrada, creo que he aprendido algo. Puede que algún día tenga la oportunidad de poner en práctica lo aprendido. Entonces te contaré.
      Un beso muy grande, de corazón!

      Eliminar
  8. Cicatrices. Tengo una. Que parece de cesárea pero no lo es. Es de una operación previa. Previa a todo. La que cada vez que me pregunta el médico, "cesárea?", le digo no, endometriosis. Con lo fácil que es leerse el historial.
    La cicatriz es fea. Era fea en su momento. Ahora es simplemente una cicatriz. El inicio de todo. Y el fin de algo.
    Gracias a ella (bueno, a las operaciones), he podido tener familia, aunque es ir a la playa, y buscar el bikini más alto que tengo para que no se vea.

    Sobre las emocionales, no sé qué decirte, salvo que el peque tiene un año, hace miles de progresos, y que sí, seguramente son las hormonas las que nos vuelven locas las que hacen que pensemos y sintamos cosas que realmente no son.

    Besos especiales

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Leí tu post hace poco. De hecho empecé a comentarlo, pero el móvil me jugó una mala pasada. Y luego se me olvidó cuando pillé el pc.
      Supongo que pasado un tiempo se le ve el lado bueno, ¿no? Tienes (tenemos) una familia que nos hace felices, y en el fondo eso es lo que importa. De vez en cuando hay altibajos, pero los vamos superando, ¿no?
      Y sí, 2015 parece un buen año, habrá que pensárselo ;)

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...